Por: Sandro Venturo Schultz
Extraído: Diario El comercio
30/5/2010
Uno de los tópicos más relevantes de la sociología es el problema de la modernidad. Y una de las conclusiones más interesantes de este debate es esta: modernidad y modernización no significan lo mismo.
Me explico. Podemos usar hoy la tecnología de mañana y repetir los mismos patrones de cuando nuestros abuelos se comunicaban a través del telégrafo. Se ve en todos lados. Podemos echar mano de las últimas tendencias de la mercadotecnia y continuar actuando en el mercado con criterios racistas y sexistas. Podemos, finalmente, desarrollar cam- pañas de publicidad en Internet e insistir en el mensaje chauvinista, en la lógica provinciana.
Uno puede tener acceso a muchas cosas que le permiten modernizarse y, sin embargo, rechazar una modernidad que implica transformar las conductas que atentan contra la integración social y la soberanía de los ciudadanos.
Por eso, sugiero preguntarnos: ¿cuáles son las entradas que debemos construir para responder a los retos contemporáneos, desde nuestros antiguos sueños? Uno puede comprar mucha seda y de lo más sofisticada, pero seguir siendo una mona convencida de que su viejo árbol es el universo.
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