domingo, 3 de mayo de 2009

LA COMPETITIVIDAD INTEGRAL DEL POTENCIAL HUMANO

Por: Juan W. Pelaez Avalos

Cada día que transcurre en nuestras vidas nos enfrentamos con múltiples retos, lo que nos exige un mayor desarrollo de nuestras competencias personales y profesionales de lo contrario nos marginaremos o sencillamente quedaremos obsoletos de esta sociedad cada vez mas hipercompetitiva.
Sin embargo, muchas veces damos prioridad al desarrollo de solo una de estas capacidades creyendo con ello que lograremos ser parte de la elite competitiva de nuestra sociedad.

Esto nos hace pensar en aquel gerente reconocido por los resultados económicos que logra para la organización, esto nos lleva a decir que es un gerente que ha logrado desarrollar su competitividad profesional, sin embargo al evaluar su dimensión personal nos encontramos con una carencia de valores que signifiquen respeto y liderazgo hacia sus trabajadores, limitándose a verlos como simple códigos, pensando en que solo necesitan ser incentivados para que trabajen o que solo hacen y no sienten, nos encontramos por consiguiente con un gerente carente de la competitividad personal.

Ahora, veamos el caso contrario de un gerente de una pequeña empresa, caracterizada por estar conformada en su mayoría por ex-reclusos de cárceles, a quienes este amigo gerente les ha dado una oportunidad de ser participes de la empresa, tratándolos como únicos, escuchándolos, en fin haciéndoles sentir que se preocupa por ellos, es así que en casi seis años que tiene de creada la empresa no ha habido perdida de ninguna herramienta o dinero, es más estos trabajadores han logrado identificarse con la empresa, lo cual comprobamos al escucharlos decir muchas durante nuestra visita a dicha empresa al exclamar muchas veces "mi empresa".

 Estos dos casos nos hace postular que el desarrollo conjunto de estas competencias nos permitirá obtener un todo mayor al que llamaremos competitividad integral, cuyas características son únicas en comparación a cada una de las competencias señaladas por si solas. Esta tesis podemos esquematizarla a través de la siguiente ecuación:
Competitividad integral = Competitividad personal + Competitividad profesional
Finalmente, queremos concluir este artículo con las siguientes reflexiones:
  • No solo el trabajador observa lo profesional que podemos ser, sino también lo persona que somos con ello, ese es su paradigma y por ende nuestra responsabilidad de ser competitivos en lo personal como en lo profesional.

  • El potencial humano de la organización no solo debe ser desarrollado a través de incentivos, debemos darle un mayor peso a la motivación que juega un papel importante en el ansiado desarrollo, por tanto podemos desprender de lo dicho que la motivación sumado al incentivo posibilitara una mejor calidad de trabajo.

  • Ser competitivos no solo es un titulo de distinción, por el contrario es una expresión de responsabilidad que debemos asumir con humildad y compromiso de trabajo constante.

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