lunes, 5 de julio de 2010

EL VALOR DEL POTENCIAL HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES EMPRESARIALES

Por: Lic. Juan Pelaez A.

Como actores de una sociedad cada vez más globalizada, somos testigos y/o participes de profundos y constantes cambios tecnológicos, económicos, políticos, sociales entre otros, que repercuten en nuestro desarrollo personal y profesional. Las organizaciones empresariales no escapan de ello, ya que día a día tienen que hacer frente a la hipercreciente competencia, motivando inevitablemente la necesidad de mejorar su competitividad, detengámonos brevemente en este punto un momento y remontemonos a mediados del siglo pasado, veríamos con asombro que las organizaciones alcanzaban la competitividad por la abundancia de los recursos naturales y mano de obra barata, hoy en los primeros años del presente siglo, esta se obtiene por la economía de costos, diferenciación de los productos, calidad total y principalmente por la capacidad del potencial humano, que representa el elemento dinámico que induce a los cambios e innovaciones organizacionales. Sin embargo, aunque no lo creamos es aun posible encontrar organizaciones en nuestro país que consideran al hombre un factor mas de la empresa y los negocios, restandole valor a la capacidad de su personal. Asimismo se mantienen ciertas actitudes inadecuadas tales como: mal trato, inadecuada comunicación jefe-empleado.
 
Hace unos dias en una reunión con un gerente de una prestigiosa empresa de servicios, nos comentaba con preocupación por la disminución de la productividad de sus trabajadores en los últimos meses. De pronto al recibir una llamada telefónica de uno de sus empleados del área de ventas, informandole sobre un problema que se había presentado en dicha área. El gerente le respondía que estaba demasiado ocupado y que el área tendría que resolverlo, pues no era su problema.
 
En otra ocasión escuchaba a otro gerente, decir que no creía en capacitaciones a los empleados, pues solo representaba un costo para la empresa y que la mayor capacitación que podían darle al personal era manteniendolos en la empresa. Estos hechos y muchos mas se repiten a diario en muchas de nuestras organizaciones, ello no hace mas que confirmar, que aun existen organizaciones que mantienen gerentes que continúan siendo excesivamente voluntariosos, rutinarios, rígidos e irreflexivos.
 
Podemos afirmar entonces que estas conductas traen como consecuencia que sus gerencias pierdan el contacto directo, la confianza y lealtad hacia el centro de trabajo de su personal. Por otro lado las organizaciones empiezan a funcionar a velocidades nunca antes vistas en nuestro país, como repuesta a un ambiente que exige acciones inmediatas en todo momento de lo contrario pueden volverse obsoletas, corriendo con ello el riesgo de salir del mercado y finalmente desaparecer.
 
Es por tanto necesario el adecuado desarrollo del potencial humano en nuestras organizaciones empresariales, ya que solo así lograremos proponer o enfrentar con mayor eficacia los cambios que se producen en el entorno y por ende en las organizaciones. Al respecto uno de los mejores futurólogo de nuestros tiempos Alvin Toffler, señala “...sobrevivira , no el más rápido sino el que este más en forma“.
 
Podemos entender entonces que el éxito de las organizaciones no depende de las maquinas o tecnologías exclusivamente como piensan muchos, sino fundamentalmente de las capacidades que posea el potencial humano para pensar, aprender y crear nuevos paradigmas.
 
Debemos comprender que el desarrollo de actitudes que permitan la formación de una personalidad solida nos hará ser consientes de nuestro potencial como generadores de riqueza y cambios, logrando de esta manera mejores organizaciones enfocadas en la persona y sus habilidades.

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