jueves, 24 de septiembre de 2009

El coaching en la gestión de empresas

Por: Juan Manuel Salamanca - Mar, 15/09/2009


En la cancha, el entrenador no es solo un estratega. También es un motivador que inspira buscando lo mejor de sus jugadores en pos del equipo y los resultados. Desde el deporte, el coaching se ha instalado en las empresas como una disciplina cada vez más común, dirigida a potenciar las habilidades de una persona y de su entorno corporativo.

"Todo ejecutivo tiene destrezas tácitas de liderazgo y gestión gerencial; el desafío es cómo las sistematiza e integra en un modelo personal, para asesorar y colaborar en el desarrollo de otras personas", dice Eduardo Abarzúa, director del Magíster en Gestión de Personas y del Diploma en Consultoría y Coaching de la chilena Universidad Alberto Hurtado (UAH). "Por lo mismo, una formación en coaching potencia la carrera de una persona, mejorando su comprensión del contexto y las dificultades y desafíos que enfrenta su organización y la persona a la que asesora".

Pero, ¿cómo se forma un coach? A nivel global, hay dos asociaciones que acreditan estos cursos: el Coaching Council (ICC) y la Worldwide Association of Business Coaches (WABC). Rodrigo Silva Ortúzar, consultor de InsideOut Leadership Consulting Group, explica que hay varias vertientes en la formación: "Existen escuelas donde forman coachs en PNL (Programación Neurolingüística), otras donde entrenan coachs ontológicos, y algunas donde forman coachs integrales, combinando el PNL y la ontología".

En Chile, la Universidad del Desarrollo (UDD) dicta el Diplomado en Coaching Ontológico, enfocado en desarrollar el entrenador que los gerentes llevan dentro. "El curso busca entregar herramientas que permitan a la persona diseñar y abrir conversaciones que le ayuden a alcanzar sus propias metas", precisa el director de la Facultad de Psicología de la UDD, Claudio Orellana, quien también es coach ontológico senior certificado de Newfield Consulting. "Estas conversaciones apuntan a descubrir en qué posición se ubica la persona en el discurso, entendiendo su historia pasada y su situación actual, con el objeto de identificar sus bloqueos y resolverlos".

Para ganar espacio en una empresa, dice el académico, estas destrezas son muy importantes. "En el ámbito organizacional, el coaching ontológico desarrolla habilidades para relacionarse, porque concibe a la organización como una red de conversaciones", sostiene. "Y la calidad de esas conversaciones determina resultados en la tarea y en los vínculos. Así las personas desarrollan competencias conversacionales potenciando el liderazgo y el trabajo en equipo".

Por otra parte, la Universidad Alberto Hurtado ofrece un Diplomado de Calidad en Consultoría y Coaching. "Es un programa que integra en un modelo sistémico de cambio tres niveles de asesoría en las organizaciones: individual, grupal y organizacional", asegura Abarzúa.

Otras escuelas, en cambio, potencian directamente la gestión empresarial. "Piensa en el presidente Obama y su gran objetivo de convertirse en presidente. Para obtener 'algo' como la presidencia de los Estados Unidos, debió desarrollar las creencias, valores y actitudes propias de un líder mundial. Del mismo modo, tuvo que deshacerse de las limitaciones, valores y creencias que lo alejaban de su objetivo", relata Esteban de Gyves, coach senior y socio de ActionCoach en México. "En las empresas es lo mismo. Si quieres atraer una clientela de primer grado, debes sentir y proyectar que eres propio para ese tipo de clientela. Tu personal debe tener el carácter y la personalidad para atraer esos clientes".

En cuanto a la posición del coach en el mercado laboral, Rodrigo Silva aclara que es necesario distinguir entre querer ejercer como coach y querer ejecutar las habilidades adquiridas como coach desde un cargo gerencial. "Las personas que se forman en coaching pueden decidir entre dedicarse a ejercer como tal o utilizar esa formación dentro de su propio ámbito laboral", dice.

El consultor explica que muchos ejecutivos y gerentes se forman en coaching para mejorar sus habilidades de relaciones humanas y, a partir de aquello, sacar lo mejor dentro de su propio entorno laboral. "Por otro lado, quienes deciden dedicarse a ejercer cien por ciento como coachs, tienen un amplio campo laboral: hacer coaching tanto a personas, equipos de trabajo o a empresas en general; o a través de talleres o de su propia consultora", finaliza.

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