viernes, 13 de noviembre de 2009

Liderazgo femenino y participación de mujeres en programas de MBA

Por: Henriette Iraçabal
Extraído de: Educamericas

La estadounidense MIT Sloan School of Management organizó en abril del 2005 la primera conferencia sobre Women Leadership, congregando a unas 200 mujeres de negocios norteamericanas y marcando el inicio de una tendencia en EEUU, que empezaría a ser imitada gradualmente en el resto del mundo. ¿La finalidad? Promover la diversidad no solo al interior de las escuelas de negocios sino en las empresas en general.

Desde entonces, las escuelas han incorporado cursos específicos y posgrados sobre liderazgo femenino, se han creado centros de diversidad y cada año aumentan los eventos y conferencias sobre esta materia. Y es que incluso hay estudios que han asociado el estilo de gestión que caracteriza a las mujeres (mayor empatía, comunicación, colaboración, etc.) y la mayor presencia femenina en las empresas con mejores resultados corporativos, como el publicado en octubre del 2008 por la consultora estadounidense McKinsey&Company, titulado "Women matter 2". Bajo esa lógica, es indudable que las mujeres representan un nicho de negocio para las escuelas.

En España, la Universidad Pompeu Fabra imparte desde hace tres años el posgrado en liderazgo femenino "Gestiona el Proyecto Profesional y Personal", el IESE cuenta con un programa llamado Mujer y Liderazgo, mientras que el Instituto de Empresa (IE) ofrece el programa Mujer, Empresa y Tecnología (MET), cuyo objetivo es impulsar el liderazgo femenino a través de la tecnología.

Sin embargo, hoy seguimos a años luz de alcanzar un equilibrio en los programas de MBA. Según cifras de The Graduate Management Admission Council (GMAC), en el 2008 las mujeres dieron cuenta de apenas un 22% de las matrículas de los más prestigiosos programas de MBA a nivel mundial.

En este sentido, la escuela ESCP Europe cuenta con un subgrupo de trabajo llamado Women MBA Group que funciona en los distintos campus de la escuela, en Londres, París, Berlín, Madrid y Torino. "La intención es que no haya tanta diferencia entre los participantes hombres y mujeres al interior de los MBA", dice Natalia Andía, coordinadora del MBA en el Campus Madrid y responsable del grupo en España, agregando que "actualmente la participación de las mujeres en la escuela en general es de alrededor de 26% mientras que en el grupo de Madrid no llega al 16%, porcentaje equiparable al volumen de mujeres directivas que hay en la sociedad española, que ciertamente no es ni de un 30% ni de un de 20%".

"Este grupo es una instancia que reúne a alumnas, profesoras, antiguas alumnas del MBA e incluso a potenciales candidatas justamente para que se sientan acogidas, y con ganas de unirse", cuenta Andía, agregando que "no se trata de hablar de cómo me ocupo de niños ni de cómo gestiono mi tiempo para ir a trabajar, sino de cómo afecta en mi trabajo el hecho de ser mujer".

La escasa participación de mujeres en los MBA tiene probablemente más de una razón de ser, pero la de mayor peso es que la edad para estudiar un MBA coincide con la edad en que muchas mujeres deciden formar familia, tener hijos, y dedicarse a ellos. Y es que el solo hecho de trabajar, dejando a los hijos a cargo de un tercero, resulta en muchos países casi imposible, además de costoso y complejo. Sumemos el alto costo de los estudios, los horarios en que se imparten las clases -por lo general entre 6pm y 9pm, un horario especialmente complicado cuando se tiene hijos- y tenemos la fórmula perfecta para desincentivar a la gran mayoría de las madres y mujeres en general.

Para Andía, una de las cosas que hay que hacer para aumentar la presencia de mujeres en este tipo de programas y de lo que se ha hablado en las reuniones del Women MBA Group es promover la "educación y equiparación en las labores de cuidado y atención de los hijos, ya que no se trata de abandonar a los hijos, sino de compartir más y equiparar más este rol".

"En nuestro caso, aparte del horario, hay un tema que dificulta el acceso, pero que a la vez hace más rico el programa, y es que tenemos que viajar constantemente a compartir aula con los estudiantes de los otros campus de la escuela, ya que el curso no se desarrolla solo en Madrid, sino que hay que pasar una semana entera en París, en Londres, en Estados Unidos, lo cual es muy difícil para una madre si no cuenta con el apoyo del padre o de la pareja", sostiene Andía, agregando que "por lo general se sabe que si el hombre tiene que viajar, irse a la India o a China, no pasa nada. Todo sigue funcionando igual".

"Otra opción para aumentar la participación de las mujeres sería incluir una parte de formación online, pero igual se pierde una parte de contactos que es imprescindible y más en cursos donde el intercambio, el networking y los intercambios culturales aportan un valor esencial", concluye Andía.

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